La congresista Sigrid Bazán ha generado controversia en los últimos días tras presentar un proyecto de ley que busca incorporar la gestión menstrual como componente de la política nacional de salud pública en Perú. La iniciativa, propuesta por la parlamentaria del grupo Cambio Democrático-Juntos por el Perú, pretende otorgar un día de licencia al mes a las personas trabajadoras menstruantes, tanto del sector público como privado, que sufran de dismenorrea o malestares menstruales que afecten su capacidad para desempeñar sus funciones laborales. La licencia se hará efectiva mediante un aviso al empleador.
Según el Proyecto de Ley presentado, la licencia por «gestión menstrual» no será de carácter compensatorio y no afectará la remuneración de las trabajadoras. Este día de licencia no será descontado ni compensado, y en caso de requerirlo, podrá ser prorrogable por 2 días adicionales, siempre y cuando se cuente con una orden médica que respalde la incapacidad para continuar trabajando. Aquellas trabajadoras menstruantes que hayan sido diagnosticadas con dismenorrea a causa de una patología pélvica recibirán automáticamente el beneficio a partir del momento en que informen a su empleador sobre su condición médica.
El proyecto también establece que, en la mayoría de los casos, no será necesario presentar un descanso médico para obtener la licencia de un día; sin embargo, en situaciones más graves, se requerirá una orden médica para poder extender la licencia a 2 días. La iniciativa busca proteger la salud de las trabajadoras menstruantes en el ámbito laboral, equiparando su derecho a descanso con aquellos trabajadores que necesitan ausentarse debido a malestares físicos.
La propuesta de la congresista Bazán ha abierto un debate en la sociedad peruana, con opiniones encontradas respecto a su viabilidad y alcance. Aunque algunos la ven como un avance en la protección de los derechos laborales de las mujeres, otros critican la falta de claridad en los criterios para acceder a la licencia y se plantean interrogantes sobre su impacto en el ámbito empresarial. La discusión sobre la equidad de género y la atención a las necesidades de las trabajadoras menstruantes promete continuar en el Congreso y en la opinión pública en los próximos días.
